En Tabasco, esta fiesta adquiere tintes muy populares en las comunidades yocotanes, donde se celebra no sólo dos días, si no todo noviembre, y le llaman, “El Mes de las Ánimas”.
La creencia indica que los ancestros yocotanes vienen de visita y andan rondando todo el mes los pueblos y las casas donde vivieron.
La chef Lupita Vidal y el fotógrafo Jesús David, nos cuentan en su libro “Agua y humo cocinas de Tabasco” como celebran el Mes de las Ánimas, en materia gastronómica.
Para poder entenderlo mejor, el libro se divide en las siete cocinas que hoy en día existen en Tabasco.
En la sección de Cocina de Fiesta, el Mes de las Ánimas tiene mucho peso, pues al igual que en el resto del país la gastronomía juega un papel importante en nuestras tradiciones.
Los altares suelen ser muy sencillos, algunos se decoran con hojas, otros con telas, figuras de santos y vírgenes de los que son devotos, pero eso sí, todos llevan fotos de sus difuntos, agua o pozol para que se refresquen después de un largo camino y por supuesto comida.



Según las recopilaciones de José Francisco Jiménez, investigador de la cultura yocot´an, estos son los principales platillos que se acostumbra preparar durante el mes de las ánimas.
Para beber se acostumbra el pozol con dulces y atol, elaboradas a base de maíz, y el guarapo una bebida de jugo de caña fermentado.
De platos fuertes el Ichil Kab y el Uliche, dos caldos que se preparan en estas fechas para reconfortar a las ánimas después de su largo viaje.
Y de postre,totopostes, sixgua y turuletes.
El Mes de las Ánimas reúne familias, invita a la reflexión y mantiene vivas las tradiciones culturales y espirituales de la región y del país.