Al dente

1985 Antifine Dinning, un niño bien pero rebelde

Cuando hablamos de restaurantes Fine Dinning, nos referimos a lugares que se caracterizan por ofrecer menús ejecutados de formas casi perfectas, con ingredientes de la más alta calidad, preparados con técnicas impecables y maridados con bebidas minuciosamente cuidadas. Es común también encontrar diseños de interiores elegantes y muy sofisticados, así como un servicio intachable para que los comensales vivan experiencias únicas.

Chef Alfredo González / Foto: Brenda Vega

Ahora que ya sabes que es un restaurante Fine Dinning, te explico por qué este sitio se llama Antifine Dinning. El concepto fue creado por el chef Alfredo González, un joven con experiencia en restaurantes exclusivos, de rigurosa etiqueta y llenos de protocolos a la hora de sentarse a la mesa. Cansado de estas formalidades, pero con una gran escuela gastronómica detrás como Quintonil en CDMX, Cosme en NY y Aponiente en Cádiz, entre otros, decide emprender y se aventura abriendo las puertas de un espacio en el que tanto él como los comensales impusieran sus propias reglas.

Patricia / Foto: Brenda Vega

Alfredo es un chef al que le gusta dejar el alma en cada una de sus creaciones, Antifine Dinning es un restaurante en el que imprime su personalidad en cada detalle, platillos impecables, pero servidos en presentaciones desenfadadas que obligan al comensal a comer sin protocolos y pretensiones para disfrutar de los alimentos de forma distinta.

“Yo quería algo que rompiera un poco con el estereotipo de fine dinning, para mi antifine dinning es una conducta, por medio de todos mis platillos quiero que los comensales hagan acciones como chupar el plato, eso rompe con las formalidades de un sitio “bonito” y esa actitud hace sentir al comensal más relajado porque ya hizo el “oso” o “rompió el hielo” en la mesa”, comenta el chef.

Para lograrlo, por ejemplo, ofrece un poco de mole servido en un pedazo de loza, el cual uno tiene que lamer para poder degustar.

Risueño / Foto: Brenda Vega

¿Qué más puedes comer?

Inspirado en la comida casera y de la calle, Alfredo, ofrece un menú pequeño, porque le mete mucha caña a sus creaciones, rifandose con técnicas bastante complejas que te llevarán a una de las acciones que él busca, chuparse los dedos.


La primera vez que fui me arranque con un Tiradito de Jícama para abrir el apetito, otra buena opción es el Calamardo y Coliflor, la cual cocina en adobo y la sirve acompañada de piña confitada sobre un puré de calamar.

Pastel de tres leches / Foto: Brenda Vega

Uno de los sabores favoritos de su papá es la pata de res, por eso creo Patricia, una infladita rellena de este guiso. Otro imperdible es el Risueño, se trata risotto con salsa de codzito, alioli de tinta de calamar y mejillones, se sirve acompañado de una yema de huevo al centro que tienes que romper para disfrutar, así como si pidieras un arroz con huevo en la cocina económica de la esquina; y por supuesto, las Chilakas, a mí me tocó una que picaba tanto que me hizo llorar, pero la pediría mil y millones de veces más; porque comobuena mexicana soy chilemasoquista; van rellenas de tocino, requesón, sal de sésamo, vinagre de champagne y adornadas con cacahuate. 

También existen creaciones que lo remiten a su infancia, como el pastel de tres leches es un postre que le recuerda su madre y a sus tías porque cuando él era chico ellas tenían una pastelería. “Mi tío tenía un restaurante que se llamaba Costa Cantábrica y ellas le hacían los pasteles”, comenta el chef. 

Moda Artesanal / Foto: Brenda Vega

El ambiente de Antifine Dinning es tan agradable que se presta para una larga sobremesa, y para ello su coctelería de autor se pinta sola, yo probé Moda Artesanal, lleva mezcal infusionado con flores, jugo de limón y sal de habanero; pero también es muy recomendable Amnesia de Asombro, preparado con jugo de sandía, ginebra y un toque de lemon grass, es indispensable mencionar que así como en los platillos, cada ingrediente que conforma un trago tiene un trabajo previo y técnicas diferentes, también hay que aludir a su selección de vinos, ya que es de primera calidad.

La mosca en la pared / Foto: Brenda Vega

El interiorismo

No se puede dejar de hablar del diseño de interior de este lugar, porque es una cosa rara y me atrevería a decir que un tanto ecléctico, por un lado, abundan los detalles elegantes que caracterizan al art déco clásico de los años 20, pero, por otro lado, hay una tornamesa que le recuerda a su abuelo, la cual corresponde a los años 60 y presume uno de los discos favoritos del chef, Busca una Mujer, de Luis Miguel, publicado en 1988 y por último, la cereza en el pastel, moscas gigantes por todos lados, el emblema que rompe por completo con el concepto de fine dinning, porque lo que menos quieres encontrarte en un restaurante es un insecto merodeando tu comida.

Dirección: Orizaba 76, Roma Norte, Cuauhtémoc, Ciudad de México.

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